
El absentismo laboral ha dejado de ser una preocupación exclusiva de los departamentos de recursos humanos para convertirse en una prioridad estratégica en los comités de dirección. En un contexto marcado por la transformación cultural, el envejecimiento de las plantillas y el auge de los riesgos psicosociales, las ausencias en el entorno laboral son mucho más que cifras: son el reflejo de un vínculo debilitado entre empresa y empleado.
Según datos recientes del INE, más de 1,4 millones de personas faltan cada día a su puesto de trabajo en España, lo que se traduce en un coste superior a los 30.000 millones de euros anuales repartidos entre empresas y Seguridad Social.
Para abordar este problema hay que ir más allá de los datos, analizar las causas profundas que subyacen y poner en marcha planes de acción con un enfoque multidimensional, que coordinen las acciones de empresas, administración pública y sociedad.
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