La formación colaborativa es una práctica habitual en las organizaciones desde hace ya algún tiempo. Sin embargo, gracias al reciente auge de la tecnología que facilita la logística de dicha formación, es ahora cuando las compañías están definiendo la estrategia para desplegarla e incluirla en sus ecosistemas formativos como una metodología más para el desempeño y el desarrollo laboral de las plantillas.
La formación colaborativa se basa en el aprendizaje del expertise y know-how de empleados que conocen bien el negocio por parte de otros compañeros que, por ejemplo, se acaban de incorporar a la compañía, que han cambiado de área o que no conocen determinadas operativas.
Este aprendizaje se define por ser activo: en lugar de aprender los contenidos de forma pasiva, el empleado los descubre gracias a la colaboración de otros profesionales. Además, no procede solo de las áreas de Formación, sino que puede realizarse de forma informal a través de comunidades de aprendizaje, liderado desde las propias personas de la compañía, etc.
Aplicaciones: tanto en hard skills como en soft skills
El aprendizaje colaborativo puede aplicarse para cualquier tipo de contenido, ya sean competencias técnicas o soft skills. Un ejemplo de ello es Clínica Baviera, empresa especializada en cirugía refractiva para la que la formación colaborativa supone más del 85% de sus horas totales de aprendizaje. Anna Torres, responsable de Formación de la compañía, relata que, “con el aprendizaje colaborativo, impartimos no solo la formación en temas técnicos, sino que potenciamos también la mejora en las habilidades sociales y emocionales de todos los empleados”.
También es el caso de la cadena de supermercados Dia. Tal como explica Marta Nájera, responsable de Formación, “trabajamos programas de mentoring en el que referentes de determinadas skills tienen encuentros con colegas de su área para compartir experiencias y ejemplos concretos de su día a día. En cuanto a hard skills, nuestro sector requiere una capacitación y actualización constante en áreas de referencia para nuestros clientes. Así, por ejemplo, trabajamos con maestros de venta asistida en la formación a personal de frescos, caja, reposición, fruta…”. Para la empresa, el 80% del total de su formación se realiza de manera colaborativa.
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El reportaje incluye una entrevista a Roberto Martín, responsable de Marketing & Comunicación de Speexx, en la que señala que «las funcionalidades colaborativas y de intercambio de información entre los usuarios beneficia el aprendizaje de idiomas. Un ejemplo muy concreto es el uso de aulas virtuales. Puede resultar muy básico decirlo, pero el aula virtual elimina las barreras de tiempo y de lugar, resultando indiferente la zona horaria o la cultura del usuario».
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(El reportaje completo se puede leer EN EL NÚMERO 12 DE LA REVISTA FACTOR HUMANO)