La adopción de IA dispara las alertas de ciberseguridad en las empresas españolas

El pasado 30 de noviembre se celebró el Día de la Ciberseguridad, una fecha que este año adquiere una dimensión especial para las organizaciones españolas, inmersas en la acelerada integración de la Inteligencia Artificial (IA) en su día a día. Según el informe La Inteligencia Artificial en las organizaciones, elaborado por Pluxee, aunque la IA está impulsando mejoras sustanciales en eficiencia y productividad, también está generando nuevas inquietudes en materia de privacidad y protección de datos entre los departamentos de RRHH y equipos directivos.

IA-RRHH-Recurso-Tecnología-TechEl estudio revela que el 39% de las empresas identifica la incertidumbre legal y ética como el principal freno para el despliegue de soluciones de IA, situándose incluso por encima de los costes de implantación. La preocupación es especialmente visible en sectores regulados como el financiero, donde ya se han adoptado políticas de uso restrictivo, limitando la IA a tareas internas bajo supervisión humana y prohibiendo el empleo de plataformas abiertas que puedan comprometer información sensible.

La situación es muy diferente en el tejido empresarial formado por pequeñas y medianas compañías. La escasez de formación especializada y la ausencia de estructuras de gobernanza sólidas dificultan una gestión adecuada de los riesgos asociados a la IA. Esto las expone a brechas de seguridad, errores operativos y conflictos de propiedad intelectual.

El informe también subraya un problema organizativo: solo el 38% de los proyectos de IA está liderado por los departamentos de IT/Data y apenas un 26% por la alta dirección, lo que evidencia un bajo nivel de institucionalización. Esta falta de liderazgo y alineación estratégica es especialmente crítica en PYMES, donde los recursos para desplegar modelos seguros y responsables son más limitados.

Preocupación por la deshumanización y la gestión de datos sensibles

Más allá del ámbito técnico, la irrupción de la IA también está generando inquietud desde una perspectiva humana y cultural. El 44% de los directivos muestra preocupación por la deshumanización de los procesos, así como por la posible exposición de información confidencial derivada del uso de estas herramientas. Estas percepciones subrayan que el debate sobre ciberseguridad y privacidad no es solo tecnológico, sino también organizacional y ético.

En un contexto donde la IA se incorpora con rapidez, el desafío para las empresas —y especialmente para los departamentos de RRHH— es claro: reposicionar sus estrategias de protección de datos y reforzar los modelos de gobernanza que garanticen un uso responsable, seguro y alineado con la normativa vigente.

La inteligencia artificial abre un abanico de oportunidades para mejorar procesos, atraer talento o automatizar tareas, pero su consolidación en el entorno empresarial requiere un enfoque equilibrado, donde tecnología, cultura corporativa y ciberseguridad avancen de la mano.