Si hacemos una búsqueda en Google con los términos inbound recruiting, employee journey y employee experience nos encontraremos con 611/ 292 /22 mil resultados, respectivamente. Si diéramos validez de dato a estas cifras e hiciéramos una lectura superficial, quedaría claro que lo que más interés despierta y lo que más información acumula en la red es el inbound recruiting.
Por Xavier Hernández, director de Negocio y Servicios de MONTANER
La cuestión es que para que este funcione, antes deben darse unas condiciones que otorguen contenido y solidez a este proceso:
La base:
El employee journey es el recorrido que hacen las personas en la organización, desde un primer contacto como candidat@s hasta su desvinculación (en el caso de que sean personas contratadas). Este recorrido tiene habitualmente cinco etapas: selección, incorporación, desarrollo, promoción y desvinculación. Y cada etapa, a su vez, necesita unas best practices en cada uno de los factores que inciden en ella: la definición actualizada del puesto de trabajo, la comunicación interna, el plan de acogida e incorporación, un plan de formación orientado al desarrollo profesional y/o personal, una política retributiva bien definida, etc.
Por poner un ejemplo frecuente, en la etapa 2, la de la incorporación, es muy habitual que, cuando una persona comienza a trabajar en una organización, el primer día se encuentre en su espacio de trabajo algún producto de merchandising corporativo e incluso alguna tarjeta de bienvenida de parte de sus compañer@s, y eso es genial para tener una buena experiencia ese primer día. Pero quizás en ese primer día no ha habido tiempo de preparar el contrato para que el recién incorporado lo firme, o de que su superior le reciba y le explique el puesto, y le ponen delante de una pantalla a leer el Manual de acogida, para que “al menos no pierda el día”. Y así, de regreso a su casa, posiblemente con la mochila corporativa, el recién incorporado igual piensa que esa mochila le irá bien para el gym.
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(El artículo completo se puede leer EN EL NÚMERO 12 DE LA REVISTA FACTOR HUMANO)