El ecosistema fintech, motor de innovación y crecimiento, está protagonizando una transformación que, aunque positiva, aún tiene una gran asignatura pendiente: la inclusión del talento femenino. A pesar de que, tal y como apunta el Fintech Women Network, las mujeres representan el 45 % de los 9.000 empleados en el sector fintech español, el camino hacia la igualdad de género sigue siendo largo.
De hecho, este informe apunta que algunas empresas continúan sin perfiles femeninos en sus equipos, mientras que todas incluyen al menos un hombre. Este contraste pone de manifiesto el reto que afronta la industria para integrar de forma real y efectiva a las mujeres en sus filas.
Paula Céspedes, directora de Recursos Humanos de Dojo, proveedor de herramientas y tecnología de pagos, es consciente de que la brecha de género en este sector no solo se refleja en la contratación, sino también en la educación y la formación. “El reto empieza mucho antes de llegar a la empresa. Las mujeres siguen siendo minoría en las carreras tecnológicas y eso se refleja en los equipos de trabajo del sector. La base está en ofrecer a las jóvenes la posibilidad de conocer disciplinas STEM desde la secundaria, eliminando la idea errónea de que son campos reservados para hombres”, asegura.
Aunque ha mejorado la presencia femenina en la industria tecnológica, Paula considera que las empresas deben apostar por formar a las mujeres que ya están dentro. Programas como las mentorías y la formación específica, centrados en la capacitación tecnológica, pueden ayudar a las profesionales a dar el salto a roles más técnicos. “Es esencial que las empresas proporcionen estas herramientas a sus equipos femeninos, que favorezcan su crecimiento en un ámbito altamente demandado como el fintech”, explica Paula.
Además de la formación, las empresas deben ofrecer condiciones laborales que permitan la conciliación: “Las políticas de bienestar, como la flexibilidad horaria, son fundamentales para que las mujeres puedan prosperar en un sector tan exigente como el fintech”. Esto no solo ayuda a atraer talento femenino, sino que también mejora la retención y el equilibrio en los equipos de trabajo.
La importancia de contar con referentes
Uno de los retos más importantes es el acceso de las mujeres a puestos de liderazgo. Aunque el 36 % de las mujeres en fintech ocupan cargos directivos, solo un 6 % llega a la alta dirección. Sobre este punto, Paula subraya que la presencia de más líderes femeninas es crucial para generar un “efecto llamada”.
Sin embargo, para que las mujeres puedan alcanzar esos puestos de liderazgo, es necesario un cambio de mentalidad tanto en la sociedad como en las propias profesionales que buscan empleo en el sector. “Muchas mujeres vienen de entornos donde existe más oferta que demanda, lo que influye en su actitud hacia la búsqueda de empleo. Vienen acostumbradas a pensar que no pueden exigir nada, a adaptarse completamente al entorno y ser las únicas que dan. En tecnología, el candidato tiene la oportunidad de elegir, no sólo en cuanto a sueldo o tipo de trabajo, sino también sobre el entorno y las actividades que le interesan”, explica Paula.
Este cambio de actitud es esencial. “Las mujeres deben entender que tienen la posibilidad de elegir y poner condiciones. La alta demanda de talento tecnológico les otorga poder en el proceso de selección. El proceso de búsqueda de empleo es más equilibrado de lo que muchas creen y ellas tienen la capacidad de decidir lo que quieren para su futuro profesional”, añade.
Aunque el camino hacia la inclusión plena aún está en proceso, Paula es optimista. “En los últimos 10 años hemos visto una evolución positiva en la presencia de mujeres en la industria. Cada vez más se sienten empoderadas para dar el salto a sectores que antes parecían inalcanzables para ellas. Pero aún necesitamos seguir agitando el avispero para que la inclusión sea una realidad”, concluye.