Contar con una experiencia positiva a lo largo de los procesos de selección se ha convertido en un elemento de peso tanto para los candidatos como para las compañías. En un panorama laboral como el actual, en el que cada vez se valoran más aspectos más allá de los puramente económicos, la candidate experience se revela como un factor clave para que una persona se decante por un puesto u otro.
De este modo, según destacan desde AdQualis Human Results, firma referente en headhunting y selección de ejecutivos, la experiencia del candidato durante el proceso de selección permite a las compañías poner en relieve sus propios valores ligados a un propósito. Además, la transparencia y agilidad marcarán la diferencia en un contexto cada vez más competitivo y dinámico. Por ello, ofrecer una experiencia positiva a los candidatos es crucial para atraer el talento.
Para Lucía Sanz, Partner de AdQualis Executive Search, “las personas que tienen una candidate experience positiva son más propensas a sumarse al proyecto e iniciar una nueva aventura profesional. Tanto la compañía como el candidato asumen un riesgo con la decisión, y, por lo tanto, ambos son los principales interesados en que sea un éxito y resulte fructífero para ambas partes”. Por otro lado, “El enamoramiento debe ser mutuo”, señala. “Una buena experiencia en este ámbito, en la que las personas se han sentido cómodas, valoradas, cuidadas y respetadas, va a aumentar el ratio de aceptación e impactará de manera positiva en los beneficios”, añade.
Una buena candidate experience es un elemento esencial en cualquier incorporación exitosa, y tiene un impacto positivo en la percepción de los Stakeholders y en la reputación corporativa. Las organizaciones hacen una inversión de recursos importante en los procesos de selección, así como los candidatos, que dedican tiempo a preparar y realizar las entrevistas, casos de negocio, y las pruebas técnicas o psicotécnicas que se requieran. Desde AdQualis Human Results, señalan cuáles son los pasos claves para cuidar la candidate experience:
- Agilidad y transparencia. Es fundamental gestionar las expectativas del candidato, orientándole sobre cómo van las diferentes fases, timings y pruebas. Esto ayudará a las personas a saber en qué punto del proceso se encuentran y su evolución en el mismo.
Según destacan desde la firma de headhunting, “la agilidad en todas las etapas también es importante. Denota el ritmo de la compañía y su capacidad para tomar decisiones. Además, si la toma de decisiones se alarga demasiado en el tiempo, puede llegar a desmotivar o enfriar a los candidatos, y que su interés por el proyecto disminuya”. En este sentido, proponen diferentes fórmulas para impulsar la agilidad, como por ejemplo reducir fases incluyendo a más de un colaborador en las entrevistas.
- Entrevistas fluidas y atmósfera de confianza. Hay que evitar que las entrevistas se conviertan en interrogatorios. Este será el momento idóneo para transmitir los valores de la empresa, así como su visión, misión y cultura.
- Tener claro el perfil deseado. Es crucial que todos los entrevistadores tengan las mismas expectativas respecto al perfil que buscan y estén completamente alineados en cuanto a los criterios de evaluación.
- Propuesta. Si bien es cierto que el principal driver de cambio no va a ser el económico, a la hora de configurar una oferta hay que tener muy en cuenta las expectativas del candidato – que irán más allá de lo puramente económico – así como la competitividad de las condiciones presentadas con respecto al mercado.
En este contexto, Sanz puntualiza, “una buena candidate experience es más que una tendencia actual. Es esencial para el éxito de un proceso de selección y para la reputación de la compañía. Una vez cuidada al detalle esta fase, da comienzo la siguiente etapa con el onboarding de la persona incorporada y la employee experience”.