Las profesiones digitales aguantan la crisis del Covid-19

Por Jordi Arrufí – Director del programa de Talento Digital de la Mobile World Capital Barcelona y portavoz de Barcelona Digital Talent

Jordi ArrufiLa crisis del Covid-19 amenaza con redefinir el mundo como lo habíamos concebido hasta ahora. La nueva normalidad será nueva para todos. Y eso también incluye a las empresas y los trabajadores. A pesar del fuerte impacto que han tenido las medidas de contención del coronavirus en el tejido empresarial español, monopolizado por PYMES, hay tendencias que se mantienen. Una de ellas es que los perfiles profesionales digitales siguen siendo los más demandados por las empresas, entre otras cosas, porque su impacto en el negocio es directo y medible desde el primer día.

Esta es una de las conclusiones que se desprenden del Digital Talent Overview 2020, un informe elaborado por Mobile World Capital Barcelona, el Cercle Tecnològic de Catalunya y la Generalitat de Catalunya que radiografía el estado de salud del talento digital en Barcelona. Entre los meses de marzo, abril y mayo se han publicado más de 6.700 ofertas de trabajo en el sector digital catalán, una cifra que está muy por encima de las siguientes categorías más demandadas durante la crisis, como el Management y las operaciones financieras y de negocio, que han registrado caídas en la demanda mucho más significativas.

El documento, entre otras cosas, también concluye que la brecha ente oferta y demanda en el ámbito digital se acentúa un poco más. En los últimos dos años, la demanda de talento digital se ha incrementado un 80%, mientras que la oferta de profesionales digitales sólo ha crecido un 23%. Por ello se pronostica necesaria una reconversión de los profesionales hacia el sector digital, ya que los distintos centros de formación, de momento, no pueden cubrir los altos niveles de demanda. El Reskilling, un término que podría traducirse como reorientación profesional, permite a los trabajadores evolucionar a partir de la adquisición de nuevos conocimientos y explorar nuevos horizontes.

En total, la ciudad de Barcelona cuenta actualmente con más de 77.000 trabajadores de este ámbito, un 14% más que el año pasado. Esta es una tendencia que se agudiza en Europa, donde el sector mantiene el ritmo acelerado en la creación de puestos de trabajo. Con estos datos y teniendo en cuenta su evolución más reciente, el ámbito digital se posiciona como uno de los más atractivos para los profesionales, ya que es un sector donde el desempleo es prácticamente inexistente, ofrece sueldos más altos y perspectivas más estables. El reto es que crezca el interés en formarse en competencias digitales, teniendo en cuenta las oportunidades que ofrece.

Ante un contexto de incertidumbre generalizada, el perfil del trabajador digital, como el de todos los trabajadores del futuro, tendrá que ser muy adaptable y ofrecer siempre una versión ‘beta’ para ajustarse al máximo a las necesidades del cliente y rendir en diferentes posiciones. La formación en un mundo cambiante es una obligación. Y marcará (aún más) diferencias.

Si nos centramos en los efectos de la pandemia parece evidente que muchas empresas, independientemente de su tamaño y sector, ya han empezado un camino de no retorno hacia la digitalización de sus procesos. El coronavirus solo ha sido un acelerador, pero ha provocado un cambio de mentalidad en los directivos de las compañías, que son los encargados de tomar las decisiones finales. Ahora las empresas han podido comprobar en primera persona la importancia del mundo digital para explorar nuevas vías de negocio, mantener parte de su actividad o, simplemente, sobrevivir durante el confinamiento.

Fruto de este cambio de mentalidad surge la implantación prácticamente generalizada del teletrabajo, una situación que parecía utópica a principios de año. Durante el 2019 en España, sólo el 4,8% de los trabajadores hacía teletrabajo de manera habitual, según el INE. Ahora, durante el confinamiento, el porcentaje se ha incrementado hasta el 34% del total, de acuerdo a un estudio de IvieLAB. Esta investigación también destaca que las posibilidades reales de hacer teletrabajo en 2019 sólo eran del 22,3% (4,4 millones de trabajadores). Estos datos, comparados con los actuales, indican que mucha gente se ha visto obligada a adaptarse a la situación de manera improvisada y sin planificación.

Es cierto que el teletrabajo tiene tres claras ventajas: mejora la conciliación entre la vida personal y profesional, reduce los trayectos y su impacto medioambiental, y mejora la productividad. Pero su implantación ha evidenciado las brechas existentes en la sociedad a nivel tecnológico y de accesibilidad, por ejemplo. Por lo tanto, ahora es más necesario que nunca combatir estas brechas en el sentido más amplio, y continuar invirtiendo en formación e infraestructuras para evitar desconexiones.

El trabajo en remoto configurará nuevas relaciones entre empresa y trabajador. Durante los últimos meses, las compañías han podido analizar sus ventajas e inconvenientes, pero muchas de ellas ya han dado el paso definitivo para incorporarlo como un elemento más dentro de su estructura. El teletrabajo se ha convertido en un aliado de las empresas, que se encuentran ante la necesidad de responder con flexibilidad y agilidad a los retos del futuro.

El ecosistema digital sucede hoy en los grandes hubs y, si se facilita que los profesionales puedan trabajar desde casa, ya no hace falta hacerlo en un hub. Es por ello que el sector digital es especialmente susceptible al cambio. Hay una metodología, exponential organizations, que analiza los atributos comunes en compañías que habían rendido por encima del resto últimos 10 años. Uno de ellos es que parte de sus profesionales no están en nómina, sino que trabajan por proyectos. Todo apunta a que esta tendencia del “staff on demand” se agudizará en el futuro porque reporta beneficios para ambas partes.

 

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