El Observatorio de la Vulnerabilidad y el Empleo de la Fundación Adecco ha presentado los resultados de la segunda encuesta «El estado del Voluntariado Corporativo en España», un trabajo que ofrece una visión integral de los programas de voluntariado corporativo en nuestro país.
El informe se basa en la experiencia de 73 empresas que implementan estas actividades de manera continua. El análisis profundiza en las tendencias del voluntariado corporativo, su evolución en los últimos años y su impacto social y empresarial. El voluntariado corporativo no solo refuerza el compromiso social de las organizaciones, sino que también impulsa una cultura alineada con las estrategias de sostenibilidad y los criterios ESG, fomenta la cohesión interna y mejora la competitividad del talento.
Desde que comenzaran las primeras actividades de voluntariado corporativo en España a finales de la década de los 90 (coincidiendo con el anuncio del Pacto Mundial de las Naciones Unidas en 1999), esta práctica ha ido evolucionando y transformándose hasta convertirse en un pilar estratégico para las compañías. En un principio, las iniciativas de voluntariado corporativo se llevaban a cabo de manera aislada y se vinculaban principalmente al interés o motivación de personas concretas dentro de la organización. No existía una planificación estratégica ni un enfoque estructurado.
“En sus comienzos, se abordaba el voluntariado corporativo desde un enfoque compensatorio, como si fuera una forma de redimir un impacto negativo, en lugar de una herramienta proactiva para construir valor compartido. Aunque esta visión no ha desaparecido por completo tiende a su extinción, ya que no refleja el enfoque actual de la práctica del voluntariado. Hoy en día, las empresas buscan integrar el impacto social en su modelo de negocio no como una “devolución” sino como un elemento clave para su estrategia de sostenibilidad”, explica Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco.
Impacto en RRHH
Uno de los grandes impulsores del voluntariado corporativo en España ha sido su impacto en las políticas de Diversidad, Equidad e Inclusión y en el área de Talento y Cultura corporativa. Además, se posiciona como un gran vehículo para fomentar el compromiso y la fidelización de la plantilla, así como su productividad. No cabe duda de que impacta en la retención del talento, mejora el clima laboral, desarrolla habilidades y competencias de los equipos y promueve el bienestar emocional de los profesionales.
“Está plenamente constatado que el voluntariado corporativo moviliza de forma natural a personas muy diferentes dentro de una misma empresa, en términos de edad, sexo, competencias y habilidades, cargos y posiciones, nacionalidad, formas de pensar, creencias religiosas o bagaje cultural, entre otras. Todas ellas se mueven para responder a un reto de interés común, trabajando en equipo para su consecución. Es una poderosísima herramienta de gestión que fomenta la cooperación y la sensibilización hacia realidades diferentes, impactando directamente en la madurez de la empresa en términos de diversidad e inclusión”- señala Mesonero.
Según el análisis realizado por la Fundación Adecco, un 63% de las organizaciones encuestadas destaca que su programa de voluntariado corporativo ya cuenta con objetivos y áreas de actuación alineadas con el negocio, con la estrategia de ESG y Sostenibilidad y con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Un 2,7% va más allá y cuenta, además, con métricas de impacto y feedback de las personas voluntarias.
Por detrás, un 19,2% cuenta con un programa de acciones y un equipo estable, pero no está integrado en el negocio ni en la estrategia de ESG y sostenibilidad. Y, por último, un 15,1% se encuentra en una fase inicial en la que cuenta con acciones puntuales formales e informales que nacen del compromiso del equipo con las comunidades locales.
Además, casi la mitad de las empresas encuestadas (49,3%) sostiene que su programa de voluntariado ha aumentado significativamente en participación e impacto en los últimos tres años. Por otra parte, en un 31,5% de los casos se ha mantenido estable, mientras que un 19,2% de las empresas está en proceso de rediseñar el programa para alinearlo mejor con los objetivos ESG y sostenibilidad.
En cuanto a los principios, motivaciones y propósitos que conducen a las organizaciones a diseñar estas acciones, mientras que en la pasada edición fue el medioambiente el reto que más movía a las empresas en sus actividades de voluntariado corporativo, seguido de la inclusión sociolaboral, el presente año se han dado la vuelta las cifras y es la inclusión sociolaboral el principal propósito (65,2%), seguida del medioambiente (60,4%).
“La inclusión sociolaboral se posiciona como el principal propósito de las actividades de voluntariado corporativo, ya que, durante el último año, las agendas de diversidad e inclusión han ganado gran relevancia en las estrategias empresariales. No en vano, las personas voluntarias sienten un impacto muy significativo al participar en iniciativas que abordan problemas humanos, que sienten cercanos y con los que empatizan”, destaca Héctor Clemente, director de voluntariado corporativo en la Fundación Adecco.