El burnout cuesta a las empresas españolas 59.600 millones al año y dispara la crisis de salud mental en los trabajadores

El burnout ya no es un término de moda ni un problema individual: es una crisis psicológica y financiera que afecta tanto al bienestar de los empleados como a la sostenibilidad de las empresas. Reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un fenómeno ocupacional, este síndrome se caracteriza por el agotamiento emocional, la despersonalización y la reducción de la realización personal. En España, los datos revelan un escenario alarmante.

estrés-ansiedad-depresión-ordenador-rrhh-recursos-humanos-factor-humano-fhSegún el último informe de Unobravo, basado en una encuesta a más de 1.500 trabajadores españoles, más de la mitad de los empleados (55%) afirma haber sufrido burnout, mientras que un 41% se declara actualmente estresado en su puesto. Estos resultados evidencian un problema estructural que trasciende al plano individual y se traduce en un alto coste económico: 59.600 millones de euros al año en pérdidas de productividad y absentismo.

El impacto financiero del burnout no es menor. El estudio estima que el absentismo laboral relacionado con el estrés supone más de 2.300 millones de euros anuales, ya que los trabajadores españoles se toman una media de cuatro días libres al año para recuperarse de la tensión psicológica.

Pero el mayor coste se esconde en la caída de la productividad: el 75% de los empleados admite que el estrés reduce su rendimiento. Si se calcula una pérdida del 10 % de productividad en este grupo, el coste agregado asciende a 57.200 millones de euros anuales.

“Uno de los conceptos erróneos más persistentes sobre el agotamiento es pensar que se trata de un fallo individual, una señal de debilidad. En realidad, es casi siempre un problema sistémico, derivado de un estrés crónico no gestionado en entornos donde las necesidades psicológicas de los empleados no se satisfacen”, advierte Silvia Dal Ben, psicóloga de Unobravo.

El coste humano: salud mental en riesgo

Más allá del dinero, el burnout está deteriorando gravemente la salud psicológica de los profesionales en España. Uno de cada cinco trabajadores afirma haberse visto obligado a tomar una baja por estrés, y un 24 % se ha planteado dejar su empleo como consecuencia directa de la presión laboral. Sin embargo, solo un 12 % ha buscado ayuda profesional, reflejando una tendencia cultural a soportar la carga en silencio.

Para Dal Ben, los profesionales jóvenes se encuentran en una situación especialmente delicada:
“Entre los 25 y 44 años confluyen las mayores presiones vitales: ascensos, largas jornadas, responsabilidades económicas, compra de vivienda o formación de una familia. Estos malabarismos generan un estrés crónico que, si no se gestiona, desemboca en un agotamiento emocional, mental y físico cada vez más común entre los profesionales de alto rendimiento”.

El informe de Unobravo identifica la sobrecarga de trabajo como la causa más citada del estrés laboral en España (41%), seguida de las largas jornadas (33%) y la falta de reconocimiento (31%). La mala gestión (30%) y unos salarios percibidos como inadecuados (26%) también figuran entre los factores más recurrentes.

Según Dal Ben, no se trata de un único detonante, sino de una acumulación de presiones. “El burnout suele aparecer cuando múltiples factores de estrés persisten en el tiempo sin una recuperación adecuada. La combinación de exceso de trabajo, falta de reconocimiento, liderazgo deficiente y ausencia de apoyo organizacional acaba por erosionar la motivación y la salud mental de los empleados”.

Diferencias por edad, género, sector y ciudad

Las mujeres reportan niveles de estrés más altos (45%) que los hombres (38%). Por edades, los trabajadores de 25 a 34 años son los más vulnerables: casi la mitad (46%) se siente estresada, y un 13 % confiesa vivir en un estado de tensión constante.

En cuanto a los sectores, los más afectados son la formación y la contratación (73% de incidencia de burnout), la hostelería y el ocio (58%), y la sanidad y asistencia social (59%). El sector tecnológico tampoco se libra, con un 56% de trabajadores agotados y altos niveles de sobrecarga cognitiva por la cultura de la “conexión permanente”.

“Los sectores con mayor interacción interpersonal, como hostelería, sanidad o formación, exigen una regulación emocional constante. Sin apoyo adecuado, esta presión sostenida conduce al agotamiento emocional, una de las señales más claras del burnout”, explica Dal Ben.

El informe revela también diferencias geográficas. Las Palmas de Gran Canaria lidera la lista con un 70% de empleados que declaran haber sufrido burnout, seguido de Sevilla (69%) y Bilbao (63%). En contraste, Zaragoza, A Coruña y Valencia presentan las tasas más bajas, con menos de la mitad de trabajadores afectados.

En el caso de Las Palmas, la falta de reconocimiento es la causa más señalada (50%), evidenciando que no solo la carga de trabajo, sino también la falta de valoración, erosiona la resiliencia emocional.

Qué pueden hacer las empresas

El 78% de los trabajadores encuestados cree que las organizaciones deberían estar legalmente obligadas a abordar el burnout. Sin embargo, el 44% afirma que su empresa no ofrece recursos adecuados de apoyo psicológico.

Desde Unobravo recomiendan un enfoque preventivo que integre:

  • Seguridad emocional en el entorno laboral, fomentando espacios donde hablar de salud mental no sea un tabú.
  • Acceso fácil a recursos de salud mental, como apoyo confidencial, programas digitales o flexibilidad horaria.
  • Revisión de cargas de trabajo, respetando tiempos de descanso y límites claros frente a la cultura de disponibilidad permanente.
  • Mayor autonomía y reconocimiento, factores protectores clave frente al agotamiento.

“Prevenir el burnout requiere un compromiso organizacional sostenido con la salud mental, no iniciativas aisladas. Cuando las empresas ofrecen autonomía, reconocimiento y seguridad psicológica, no solo reducen el riesgo de agotamiento, sino que potencian el compromiso, la motivación y el bienestar de sus equipos”, concluye Dal Ben.

 

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