El dilema sobre la prórroga de los ERTE

Por Ana Gómez, Socia del área laboral de CECA MAGÁN Abogados y Presidenta de ASNALA. 

Ana Gómez CECA MAGÁN Ahora mismo la mesa de diálogo social conformada por Gobierno, Sindicatos y Patronal está, como se suele decir, más al rojo vivo que nunca. Todas las miradas de los operadores y analistas, sin olvidarnos de los líderes europeos, están puestas en el resultado de esas intensas negociaciones que se están forjando entre bambalinas.

El deseo de todos es poder saber qué hoja de ruta van a tener los empresarios y los trabajadores en España a partir de octubre de 2020. Parece sorprendente que algo tan vital y sensible desde la óptica económica y social se desconozca a dos semanas vista.

Encontrándonos en este vilo, hay voces críticas contra la prórroga de los ERTE y otras más proclives a su extensión. En este artículo quiero centrarme en destacar qué razones, a mi entender, apoyarían una extensión de los ERTE, y cuáles no tanto, destacando las siguientes:

  1. El ERTE sigue siendo la medida estrella de esta crisis como salvaguarda del empleo. Si se mantienen los ERTE, no se destruirán dramáticamente cientos de miles de puestos de trabajo de este país, algo que era tradicional en situaciones de crisis ya vividas. Especialmente se protegerán los empleos temporales y los de colectivos vulnerables (mayor edad, jóvenes, y con capacidades diferentes), lo que nos debe recordar también la finalidad social de los ERTE.
  2. Por otro lado, si los ERTE se extienden, las empresas podrán reanudar su actividad a pleno pulmón cuando se reactive la economía (lo cual es aún una incógnita), pudiendo contar con su plantilla “de siempre”, igual de preparada y formada en la actividad que antes de la pandemia.
  3. Y finalmente, remataría las bondades con que muchas empresas españolas en ERTE podrán seguir ahorrando costes en su factura de cotizaciones sociales, porque los ERTE han venido con una exoneración de cotizaciones que, aunque ha ido decreciendo desde marzo, siguen siendo un ahorro demasiado importante como para desdeñarlo. La protección social a los trabajadores en ERTE ha sido de las más generosas que se recuerdan (concediéndolo a todos los trabajadores, sin distinguir sus años de cotización, y con el contador a cero para desempleos futuros).

 

Y como en toda moneda está la otra cara, en este caso aspectos menos positivos y que me inclinarían a votar a favor de la no extensión de los ERTE.

  1. El primero y principal: la recuperación de la seguridad para hacer ajustes de plantilla. Con los ERTE en vigor, las empresas tienen cercenada su libertad de decisión ante una grave inseguridad jurídica sobre las consecuencias de proceder con los despidos objetivos derivados de la crisis. Ante la literalidad de la normativa Covid, los empresarios se preguntan ¿los despidos serían nulos; o bien serían solamente improcedentes con derecho a la indemnización correspondiente de 33 días por año, o más bien acarrearían la improcedencia más una indemnización adicional?, tal como se ha visto a la luz de pronunciamientos judiciales recientes.
  2. La cláusula de mantenimiento del empleo de seis meses, una obligación accesoria a la gran mayoría de los ERTE, podría así tener fecha de arranque cierta, ya que ha sido una de la cuestiones que más problemas de interpretación sigue ocasionando. Si los ERTE no se extienden, entonces los empresarios pasarán a tener algo de luz sobre cuánto tiempo de espera tienen para sus previsiones de costes.
  3. Y la tercera y última a destacar es la gran factura presupuestaria de los ERTE para los contribuyentes. Las ayudas públicas en forma de exoneración de cotizaciones y protección por desempleo han sido muy generosas. Dada la complicadísima crisis económica que estamos viviendo, debemos evaluar si el Estado puede permitírselo más tiempo… y a qué coste de generaciones venideras. Los ERTE pueden quedarse como instrumento útil de flexibilidad en la gestión de los trabajadores, pero no a cualquier precio.

 

El debate está plenamente vivo, mientras deshojamos la margarita, ERTE sí ERTE no….

 

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