La firma de selección Michael Page ha elaborado un estudio en el que revela cómo el onboarding impacta en la fidelización del talento y la productividad. Los datos revelan que el 49% de los empleados ha considerado dejar su compañía tras su primer día y advierte que, una mala planificación del primer día puede hacer que un nuevo trabajador se plantee abandonar la empresa de inmediato.
El informe, también muestra que, aunque muchas organizaciones reconocen la importancia de este proceso, su ejecución suele ser deficiente. En este sentido, solo el 47% de los empleados afirmó haberse sentido completamente respaldado durante su incorporación. Los datos reflejan una clara desconexión entre las expectativas de los profesionales y las prácticas actuales. Un 37% asegura que no recibió un calendario de onboarding antes de su primer día. Asimismo, un 74% no tuvo ninguna actividad de bienvenida, como un desayuno, comida o encuentro informal con el equipo y un 24% sintió que el apoyo recibido durante el proceso fue insuficiente.
Estos resultados reflejan que el proceso de incorporación de un nuevo trabajador tiene un impacto directo en el retorno de la inversión (ROI) de las empresas. Cuando está bien planificado, puede reducir la rotación de personal, lo que se traduce en un ahorro de tiempo y recursos en reclutamiento y capacitación.
“El compromiso de un nuevo empleado comienza desde el momento en que acepta la oferta. En las semanas previas a su incorporación, evalúa si tomó la decisión correcta, forma sus primeras impresiones sobre la cultura corporativa y establece expectativas sobre su nuevo rol”, afirma Jaime Asnai González, Director General de PageGroup España y Portugal. “De nuestro estudio se desprende que el proceso de onboarding juega un papel clave en el éxito de cada nuevo trabajador. En este sentido, una mala experiencia en sus primeros días puede generar incertidumbre y hacer que el profesional tenga dudas sobre su permanencia en la empresa”.
Formación y seguimiento
El informe concluye que las expectativas de los trabajadores antes de su primer día contrastan con la realidad. El 87% considera imprescindible recibir información práctica sobre su primer día, un 42% desearía conocer a su futuro manager y el 27% valoraría una visita previa al lugar de trabajo. Sin embargo, no todos consiguen una integración adecuada. El 21% afirma que su llegada no fue comunicada más allá de su equipo directo, casi un 20% comió solo y el 11% no se sintió plenamente acogido.
Más allá de la pertenencia, la calidad de la formación y el apoyo en la fase de onboarding tiene un impacto directo en la rapidez con la que los nuevos empleados se vuelven productivos para el equipo. Sin embargo, los métodos de formación actuales no siempre responden a las necesidades de los trabajadores. Si bien el 58% recibió formación con compañeros y el 54% tuvo sesiones individuales con su responsable, solo el 47% se sintió totalmente acompañado durante la incorporación.
Claves del proceso
Los enfoques tradicionales de onboarding necesitan replantearse. Por ello, desde Michael Page ofrecen una guía para optimizar este proceso:
- El onboarding comienza antes del primer día. Para ello, implementar un proceso de preboarding genera confianza y reduce la incertidumbre. Enviar información clave, preparar accesos y facilitar recursos esenciales ayuda a que el nuevo empleado se integre con mayor seguridad y sin contratiempos.
- El primer día es clave para la integración. Una bienvenida bien estructurada, la presencia del responsable y un espacio preparado refuerzan el sentido de pertenencia. Actividades como un desayuno en equipo o videollamadas en remoto facilitan la conexión y evitan el aislamiento.
- Más allá del primer día, la adaptación define el éxito a largo plazo. Comprender la estrategia de la empresa, recibir formación estructurada y equilibrar el aprendizaje digital con la interacción humana facilita la adaptación. A su vez, fomentar la conexión social a través de encuentros informales y proyectos colaborativos refuerza el sentido de pertenencia y compromiso.
- Medir la efectividad del onboarding permite identificar mejoras y optimizar el proceso. Evaluar la opinión del empleado a los 30, 60 y 90 días, junto con el progreso en formación y la conexión social, ayuda a detectar patrones y ajustar estrategias.