La actual situación provocada por el Covid-19 ha puesto aún más de relieve la importancia de conocer el estado emocional de los empleados. Y para ello son fundamentales los Programas de Ayuda al Empleado (PAE), que, debido a la pandemia, han tenido que afrontar nuevas problemáticas (confinamiento, distancia social, teletrabajo) y adaptarse con formatos virtuales.
Afortunadamente las empresas, son cada vez más conscientes de los beneficios que aportan los llamados Programas de Ayuda al Empleado (PAE), que promueven la salud psicológica en el trabajo y previenen la aparición de riesgos psicosociales.
Y es que, tal como apunta Pilar Urdiola, Directora Médica de Red Eléctrica de España, “la salud emocional es una parte integrante del bienestar de las personas”.
Se trata de herramientas que las organizaciones ponen a disposición de los empleados para lidiar con problemas laborales, pero también personales y familiares, que inciden de manera negativa tanto en su calidad de vida como en su rendimiento y productividad en el trabajo, tal como afirma Elena Mulero, Responsable del departamento de Psicología de ICAS Spain.
En muchas ocasiones, los comportamientos visibles en el trabajo, como una disminución del rendimiento, conflictos entre compañeros o el absentismo, responden a un problema subyacente que no es tan evidente, como el estrés, problemas de pareja, etc. Por ejemplo, según datos aportados por Susana Lastras, National Health Services Manager de Heineken España, el estrés supone el segundo problema de salud laboral en Europa, según la Organización Mundial de la Salud y la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo.
De hecho, de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística (INE), el 59% de los empleados sufre algún tipo de estrés en el trabajo, y se estima que éste juega algún papel en alrededor del 30% de las bajas. Según Carmen Rodríguez, Directora del área de Intervención Psicológica de Affor Prevención Psicosocial, actualmente el 60% de las incapacidades laborales vienen ocasionadas directa o indirectamente por el estrés, lo que supone un coste aproximado de 2.000 millones de euros en España.
(El reportaje completo se puede leer en el número 3 de la revista Factor Humano)