Brecha digital en profesionales senior. ¿Por qué es más profunda en el ámbito laboral que en el personal?

Por Emilien Delile, Director de Steeple España.  

Emilien Delile - SteepleClases de informática para adultos, móviles adaptados o aplicaciones para ejercitar la memoria son sólo algunos ejemplos que ilustran cómo la tecnología ha sabido llegar con éxito a los más mayores y cómo estos han sabido adaptarse a ella, pese a las dificultades que esto entraña.

Actualmente no resulta sorprendente ver a personas que superan los 70 años utilizando un smartphone, chateando, navegando por internet o atendiendo una videollamada. Según un informe de la Fundación Telefónica, el 88% de los mayores de 64 años utilizan mensajería instantánea para comunicarse.

Sin embargo, en el ámbito laboral y con personas más jóvenes, entre los 55 y los 65 años, la brecha digital continúa siendo muy profunda. ¿Por qué? ¿Cuál es la razón que hace que nos estanquemos a nivel tecnológico en el ámbito laboral y no en el personal?

De lo que no cabe duda es de que esa brecha se traduce en discriminación para una parte importante de la plantilla. Sin ir más lejos, muchas compañías eliminan de su comunicación interna a los trabajadores menos conectados que, en la mayoría de los casos, son los de más edad. El motivo suele ser que estos no pueden recibir los mensajes internos por no tener acceso a la tecnología necesaria para ello. El resultado: empleados que utilizan la tecnología a diario en su vida personal trabajan en entornos poco o nada digitalizados donde la información no fluye, lo que tiene un impacto directo en su bienestar y motivación.

Según el informe Expectativas e inquietudes de los empleados tras la pandemia, elaborado por PwC, el 22% de los trabajadores en algún momento se ha sentido discriminado por su edad y el 77% está dispuesto a mejorar su capacitación digital. Estos dos elementos, trabajadores descontentos, pero con ganas de mejorar, pueden convertirse en la mecha que provoque un estallido digital dentro de la empresa. Pero, para ello, la Dirección debe ser el combustible que desate esa reacción.

Todas las empresas deberían haber concluido ya o encontrarse en proceso avanzado de transformación digital. Pero, para que esa transformación sea real, debe abarcar toda la empresa, desde su filosofía, hasta los procesos que utiliza, pasando, cómo no, por sus empleados. Y no basta con centrarse en los empleados más jóvenes o los que trabajan en oficinas, esto se da por hecho. El reto aquí es hacer partícipes de esa transformación a los más desconectados, a los transportistas que pasan sus jornadas en ruta, a los trabajadores del campo, de la construcción o, sin ir más lejos, del retail, que no tienen acceso a un ordenador durante su jornada laboral.

Afortunadamente, hoy existen herramientas capaces de hacer llegar los mensajes de la empresa a todos los empleados, sea cual sea su lugar de trabajo o su capacitación. Una persona de 60 años que trabaje en un almacén puede estar al día de las novedades de su organización si dispone de una pantalla táctil y recibe una pequeña formación. Lo mismo ocurre con el transportista al que se le da una tablet con la que mantenerse en contacto con los compañeros, tanto para informarse del día a día de su compañía, como para felicitar un cumpleaños o participar en la última quiniela conjunta.

Esos pequeños gestos son los que consiguen aumentar la motivación y la cohesión de la plantilla. Los empleados que se sienten parte del grupo son más felices y obtienen mejores resultados. Ya no hay excusas para no reducir la brecha digital en el entorno laboral al igual que se consigue en el ámbito personal. Requiere algo de esfuerzo por ambas partes, se deben invertir algunos recursos y debe haber implicación, tanto por parte de la Dirección como por parte del trabajador, pero, si todos reman en el mismo sentido, la brecha digital por cuestiones de edad puede convertirse en breve en una sombra del pasado.

 

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