La gestión adecuada de la experiencia de los empleados debe garantizar que estos tengan un recorrido positivo desde el momento en que envían una solicitud de empleo hasta que dejan de trabajar en la compañía. Los expertos de Cornerstone OnDemand proponen una serie de consejos a tener en cuenta para que el EX sea de lo más satisfactorio.
El employee experience (EX) describe la percepción que tienen los empleados de la empresa. Esto incluye cualquier experiencia que puedan haber tenido en ella y, por lo tanto, abarca desde la primera toma de contacto, pasando por su contratación y desarrollo, hasta que dejan de trabajar en la empresa.
El EX impacta en el compromiso del empleado, pero también en su representación de la misma en el mundo exterior. Esto da lugar a que muchas empresas se propongan que sus empleados tengan una experiencia lo más positiva posible.
En un mundo donde el dinero ya no es el principal factor de motivación para los empleados, centrarse en la experiencia del empleado es una de las ventajas competitivas más prometedoras que las organizaciones pueden crear. Por eso, los expertos de Cornerstone OnDemand proponen una serie de consejos a tener en cuenta:
- Tener un enfoque centrado en el empleado: Puede parecer una obviedad, pero no lo es. En todo momento el principal enfoque tiene que estar puesto en el empleado. Desde el primer contacto con la empresa, al abrir una convocatoria de empleo, hasta el último día dentro de la organización. Para esto el proceso de onboarding es clave tanto para la integración del trabajador al grupo como para, naturalmente, aprender a realizar las tareas propias del puesto. Un inicio exitoso, sin fricciones y con comunicación clara garantiza mayor engagement en la empresa.
- Desarrollar una hoja de ruta para la experiencia de cada empleado: No todos los días en el trabajo son iguales y, durante la vida laboral del empleado, habrá instancias claves relacionadas con su desempeño y tanto expectativas propias como de la empresa. Una hoja de ruta para la experiencia sirve para dejar asentados todos los detalles que hacen a estas instancias clave. Lo que se conoce como empoderamiento del empleado es lo que permite un nuevo papel en la empresa con un carácter más activo, lo que ayuda a visibilizar sus capacidades e incrementa su compromiso y motivación.
- Apostar a la comunicación interna: La información debe fluir sin trabas. Hay que prestar atención a las ideas que los empleados puedan tener, del mismo modo que ellos atienden a sus superiores. Así, los integrantes de la organización se sentirán escuchados y realizados. La comunicación interna juega un rol fundamental para que los trabajadores estén al corriente de lo que sucede en su espacio de trabajo, y contribuye a reforzar el sentimiento de pertenencia.
- Desarrollar planes de crecimiento: Una de las principales motivaciones para permanecer dentro de una empresa por largos períodos de tiempo es la posibilidad de poder progresar dentro de la organización. Para esto es importante generar proyectos viables donde se valore el esfuerzo, competencias e idoneidad con el fin de garantizar movilidad dentro de las diferentes jerarquías. Esto no solamente implica que efectivamente cada trabajador es tenido en cuenta, sino que es apreciado por su performance y que la productividad es retribuida más allá del salario.
- No olvidar la entrevista de despedida: Independientemente del motivo de salida y salvo que se trate de una situación excepcionalmente grave, la mayor parte del tiempo la “última entrevista” es una poderosa oportunidad para obtener un valioso insight acerca de las dinámicas grupales y la percepción del empleado respecto de la empresa. Además de recolectar datos acerca de la vivencia personal del trabajador, es vital actuar sobre su visión. Se debe constatar si el testimonio de quien se va coincide con el día a día de quienes se quedan en la compañía. Por último y no por eso menos importante, esta es también una excelente oportunidad para recalcar y reconocer el valor que el profesional ha aportado a la empresa.
La experiencia del empleado debe estar en el centro de cualquiera estrategia de RRHH. Los empleados ahora esperan una experiencia atractiva que coincida con sus habilidades y su potencial. Una correcta gestión del talento se traduce en un lugar de trabajo competitivo, ágil y preparado para el futuro en un mundo que cambia rápidamente. Los empleados ahora priorizan el propósito, el bienestar y la formación como elementos de fidelización en una compañía o para cambiarse a otra.