La firma Endalia ha lanzado el e-book “Guía para definir un plan de compensación estratégico” que persigue dar a conocer las claves, fases y herramientas para diseñar un proyecto de este tipo.
Ahora más que nunca valoramos el salario emocional igual o más que la compensación monetaria. Y aquí, las organizaciones y los RRHH deben estar actualizados para satisfacer las necesidades de sus profesionales.
Muchos creen que la compensación es un concepto sencillo que consiste en “aquello que las personas reciben a cambio de su trabajo”. Y puede que esta última definición sea cierta, pero de sencillo tiene poco.
Endalia, compañía especializada en RRHH y digitalización, ha lanzado el e-book “Guía para definir un plan de compensación estratégico” que hace un recorrido por los conceptos, ejemplos y casos prácticos, por las fases para establecer políticas retributivas, así como por las herramientas que se necesitan para diseñar y desplegar de manera eficaz un plan de compensación salarial.
Concretamente, aborda los siguientes puntos:
- Introducción a la compensación.
- Fases para definir políticas retributivas eficaces.
- La digitalización de la compensación.
Tal como se recoge en el e-book, la retención de talento es uno de los mayores retos en RRHH a los que se enfrentan las organizaciones del siglo XXI. Y atraer y retener talento es precisamente uno de los principales objetivos de un plan de compensación, que busca la satisfacción y el compromiso de los empleados. En un entorno tan competitivo a nivel laboral, es necesario diseñar y desplegar planes de compensación capaces de servir de guía y de motivación para los empleados. Los mejores planes de compensación son aquellos que están alineados con la estrategia corporativa y que permiten aprovechar al máximo el potencial de cada profesional.
Según el equipo de Endalia, un plan de compensaciones estratégico va mucho más allá de la remuneración monetaria. La compensación emocional es toda aquella compensación de carácter no monetario. Se trata de agregar aspectos emocionales a la compensación monetaria de un empleado y que le aportan valor. El salario emocional puede materializarse en la conciliación de la vida personal y profesional, en reconocimiento, tiempo libre, oportunidades de formación y crecimiento personal, alternativas de ocio, en el entorno de trabajo o en la cultura corporativa.
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