El Consejo de Ministros aprobó el pasado 6 de mayo el anteproyecto de ley que reduce la jornada laboral ordinaria en España de 40 a 37,5 horas semanales. La medida, que beneficiará a más de 12 millones de trabajadores, también incluye la obligatoriedad de implantar un registro de jornada 100% digital. Supone un hito en la transformación del mercado laboral español hacia un modelo más equilibrado y sostenible.
La nueva normativa podría suponer un punto de inflexión en la gestión del tiempo laboral en las empresas españolas. Así lo considera Abel Márquez, Lead Technology Product Manager en Wolters Kluwer España, quien destaca que «más allá del reto tecnológico, supondrá un cambio significativo que implicará adaptar procesos internos y sistemas de control a las nuevas exigencias».
La medida ya se encuentra en el Congreso de los Diputados, aunque por el momento, carece de los apoyos necesarios para salir adelante. Aunque la norma cuenta con grandes apoyos, Junts ya ha anunciado que presentará una enmienda a la totalidad que pone en peligro su tramitación.
Aunque la normativa aún no ha sido aprobada, muchas empresas ya están anticipándose al impacto que esta medida puede tener sobre su operativa. La exigencia de contar con un «registro diario de jornada digital, objetivo, fiable y accesible«, según recoge el anteproyecto, refuerza el cumplimiento de la normativa introducida por el Real Decreto Ley 8/2019, cuyo despliegue hasta ahora ha sido desigual.
Para Márquez, el enfoque no debe limitarse al cumplimiento normativo: «La obligatoriedad del registro horario digital puede convertirse en una herramienta clave para gestionar la jornada laboral de forma eficiente, flexible y adaptada a las necesidades reales tanto de los trabajadores como de las empresas».
La realidad del entorno laboral actual es diversa: modelos híbridos, teletrabajo, jornadas intensivas o con horarios personalizados. En este sentido, Márquez remarca que «un sistema digital de registro horario no solo garantiza el cumplimiento legal, sino que también optimiza la gestión del tiempo, facilita la conciliación y promueve el bienestar de los trabajadores, contribuyendo a una mayor productividad».
Entre los beneficios más destacados del registro horario digital se encuentra una mayor transparencia en la gestión del tiempo, el control de excesos de jornada, una mejor planificación de recursos y un entorno laboral más justo. Márquez señala que estas herramientas “pueden permitir a las empresas adaptarse a cada situación gracias a aplicaciones móviles o fichajes vía web”, siempre que se elija el método adecuado a las necesidades de cada organización.
Retos y oportunidades para las organizaciones
Aunque la medida ha sido celebrada ampliamente por sindicatos y organizaciones sociales como un avance hacia un modelo laboral más humano y sostenible, algunos sectores empresariales —especialmente pequeñas y medianas empresas— han expresado reservas respecto a los costes operativos y organizativos que podría implicar su implementación. La necesidad de reorganizar turnos, adaptar procesos internos y mantener la misma productividad con menos horas plantea desafíos reales, particularmente en entornos con alta carga operativa o escasos recursos tecnológicos.
Sin embargo, muchos expertos en gestión del tiempo y transformación cultural coinciden en que esta reducción de jornada no debe verse únicamente como una carga, sino como una oportunidad estratégica. Al optimizar la planificación, fomentar la autonomía de los equipos y apostar por herramientas digitales, las empresas pueden no solo mantener, sino incluso mejorar sus niveles de eficiencia.
“La clave está en entender esta medida no como una imposición, sino como un impulso hacia una gestión más inteligente del tiempo. Las empresas que apuesten por digitalizar sus procesos y medir el tiempo de manera eficiente estarán mejor posicionadas para ganar en competitividad y en clima laboral”, afirma Elisabeth Marin, Managing Director de Woffu.
En definitiva, la reducción de jornada y la digitalización del registro horario se perfila como una oportunidad para avanzar hacia un entorno de trabajo más profesionalizado y centrado en las personas, en línea con la transformación digital del tejido empresarial español.