Las políticas de retribución flexible continúan siendo un gran desconocido para los trabajadores españoles. Se ha demostrado que no solo mejoran el bienestar físico, mental y financiero de la persona empleada, sino que, además, aumenta su satisfacción y lealtad hacia la empresa. Bajo esta premisa, Sprinter y JD Iberia y Betterfly aunaron esfuerzos para lanzar una plataforma de beneficios que sitúa al profesional en el centro de la toma de decisiones.
¿Cómo comenzó la relación entre Betterfly e ISRG? ¿Qué supone, para empresa y empleado, contar con un sistema de retribución flexible?
Jorge Pedro Moreno: Comenzamos a plantear la colaboración con Betterfly (para entonces Flexoh) alrededor de 2018 y finalmente, en 2021 lanzamos la plataforma para todo el personal de oficinas. Consideramos que ofrecer la flexibilidad a cada persona colaboradora para distribuir su retribución mes a mes resulta clave tanto en el bienestar laboral y emocional como en la fidelización del talento. El beneficio más evidente a priori, es la ventaja fiscal y por tanto el aumento de neto en la nómina. Sin embargo, otra de las ventajas más importantes es la de ofrecer a la persona colaboradora la posibilidad de ser partícipe de este proceso. La plataforma personalizada de Betterfly permite a cada empleado escoger en qué beneficios desea destinar parte de su salario de forma ágil e intuitiva.
¿Las estructuras de retribución flexible suponen una ventaja competitiva?
Antonio Sas: Sin duda, además, son un elemento clave en la estrategia para fidelizar y atraer talento. En España, las empresas se enfrentan a desafíos importantes como la retención de talento, altos niveles de absentismo laboral, y la disminución del poder adquisitivo debido a la inflación. Esto ha hecho que el bienestar de los profesionales sea una prioridad crítica. Cada vez, los equipos valoran más la posibilidad de personalizar su compensación según sus necesidades individuales, lo que no solo mejora su bienestar en dimensiones físicas, mentales, financieras y nutricionales, sino que también incrementa la motivación y productividad, mejora el clima laboral y permite una mejor adaptación a diferentes perfiles de trabajadores.
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(El artículo completo se puede leer EN EL NÚMERO 18 DE LA REVISTA FACTOR HUMANO)