Tras meses de restricciones severas a la movilidad en Europa y Asia, los viajes de negocios empiezan a reactivarse. Este nuevo escenario ha puesto de relevancia la importancia de las políticas de protección de los empleados durante los viajes de negocios y de la prevención de riesgos asociados, tal como apuntan desde Willis Towers Waston Iberia.
El escenario que surgirá de esta situación será muy diferente al del pasado y, como consecuencia, también lo será el panorama de riesgos asociados a los viajes laborales. Las empresas tienen que planificar y organizar los riesgos que pueden tener sus empleados durante un desplazamiento, antes de que la situación de crisis se produzca, y tener mecanismos que actúen de forma rápida y coordinada, tal como apunta Gema Jiménez, Health & Benefits Business Development Director de Willis Towers Watson Iberia.
La obligación moral y legal de las empresas de tomar todas estas medidas para garantizar la seguridad de los viajes de negocios de sus empleados es lo que se conoce como duty of care o, traducido literalmente, la obligación de cuidar. Este concepto se aplica tanto de forma preventiva como durante el viaje profesional y el periodo posterior al mismo.
En España, la primera vez que se introdujo el duty of care a nivel legislativo fue con la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de prevención de riesgos laborales. Se trató de la transposición al marco legal español de la Directiva Europea 89/391/CEE y en ella se estableció la norma por la que la empresa debía proteger a los trabajadores de los riesgos relacionados con su trabajo, incluyendo al trabajador in itinere y en misión.
Como consecuencia de la aplicación del duty of care, las empresas deben diseñar y desarrollar una estrategia de gestión de riesgos. En ella deben tenerse en cuenta tres elementos clave:
- La evaluación inicial de los riesgos inherentes a los viajes de trabajo y su actualización periódica.
- Las medidas de acción preventiva, que deben ser adecuadas a la naturaleza de los riesgos detectados. También es necesario controlar la efectividad de dichas medidas.
- La información y la formación de los trabajadores. Estos deben tener conocimiento del alcance real de los riesgos derivados de su trabajo y, en este caso concreto, de los asociados a los viajes de negocios.
Los seguros y el duty of care
- Coberturas adaptadas para todos los viajeros en cualquier momento del año y extensibles a familiares, clientes o proveedores.
- Soluciones internacionales bajo el paraguas de programas de seguros multinacionales.
- Coberturas específicas para zonas en conflicto, afectadas por catástrofes naturales o con riesgos biológicos, químicos o nucleares.
- Coberturas sanitarias con gastos médicos, repatriaciones por motivos de salud e, incluso, soluciones de búsqueda y rescate.
- Herramientas informáticas para asegurar el cumplimiento del duty of care, como apps para mantener a los empleados informados en todo momento o servicios de alertas sobre situaciones de riesgo que se produzcan en el destino.
- Plataformas de monitorización de los viajeros, incluyendo servicios de geolocalización.
Más allá de los límites mínimos marcados por la ley, muchas empresas ven el duty of care como un pilar de su responsabilidad corporativa y sus compromisos morales y éticos. En épocas inciertas como la actual, afrontar los riesgos desde la perspectiva del análisis, la prevención y la información es más importante que nunca.