La Unión Europea ha desarrollado una nueva normativa que establece un marco regulador para el desarrollo, uso e implementación de la Inteligencia Artificial en todas las industrias. La nueva regulación, que entró en vigor el 1 de agosto de 2024, tiene el objetivo de garantizar un uso ético, seguro y responsable de la IA en diversos sectores, siendo el de los Recursos Humanos uno de los más afectados por la transformación.
La legislación se centra en aspectos como la transparencia, la supervisión humana, la protección de datos y la no discriminación, estableciendo una clasificación de los sistemas de IA según el nivel de riesgo: prohibido, alto, limitado y mínimo. Dentro de los RRHH, los clasificados como “prohibido” y “alto” serán los más relevantes, afectando directamente a la selección del personal, a la gestión del rendimiento y a la toma de decisiones laborales basadas en la automatización de datos. A medida que las empresas se vayan adaptando a las regulaciones, la formación del personal de RRHH será clave para garantizar la correcta implantación de la IA dentro de los marcos establecidos. La mayoría de las disposiciones entrarán en vigor a partir del 2 de agosto de 2026, lo que ofrece un margen para una adaptación gradual.
En este sentido, las empresas que ya están empleando Inteligencia Artificial para la mejora de sus procesos como el reclutamiento, la gestión del desempeño o la planificación de la plantilla, deberán ceñirse a las nuevas normativas. Asimismo, los sistemas catalogados como de “alto riesgo”, estarán sujetos a estrictas medidas técnicas y organizativas, lo que incluye la supervisión humana continua por personal cualificado. También se impondrán requisitos para la actualización periódica de los datos y la obligación de conservar archivos de registro por un período mínimo de seis meses.
Juan Carlos Pérez Espinosa, Presidente Global de DCH, asegura que “la nueva legislación marca un hito para la innovación tecnológica responsable en Europa. El uso de la IA en un entorno laboral siempre es beneficioso, pero su implementación debe garantizar la ética y el respeto a los derechos de los trabajadores por encima de todo”.
Este reglamento también prohibirá ciertas prácticas en el ámbito de los Recursos Humanos, como predicciones de potencial criminalidad, bases de datos mediante reconocimiento facial o la evaluación del riesgo para predecir la probabilidad de cometer una infracción legal, con el fin de evitar abusos y asegurar la dignidad de las personas. Espinosa agregó que “la finalidad de la normativa es encontrar un equilibrio entre la adopción de nuevas tecnologías y la protección de las personas, no con el objetivo de sustituirlas, sino de potenciar sus capacidades”.